Manos a la obra
Acabado el mes de agosto, me propuse que, antes de acabar el año, tenía que filmar un cortometraje cuyo guión llevaba escrito y guardado en un cajón unos ocho años. Este guión era: REDENCIÓN.
A finales del 2006 di por acabada la primera versión del guión. Tenía en mente que, tras la experiencia vivida tan grata con los dos cortos anteriores, COERCIÓ y XACRA, éste, quería intentar rodarlo en cine (35mm) y con más medios, personal y equipo. Como siempre me ha pasado en la vida… quería reinventarme.
Me puse en contacto con varias productoras de la provincia de Girona. En una de ellas, me hicieron la primera revisión seria de guión. Por lo que lo volví a reescribir.
Al presentarles la segunda versión de guión, me dijeron que el proyecto les interesaba, pero iban muy liados y no se quisieron involucrar en más rodajes.
Esto me llevó hasta una persona sorprendente. Christian Routh, un analista de guiones y crítico cinematográfico estadounidense que, como yo, vivía en Olot. Nos conocimos al ser los dos miembros de la organización de la muestra de documentales OLOT.DOC. Tuve el inmenso privilegio que este reputado analista de guiones, revisara el guión y me corrigiera algunos errores y me diera cientos de valiosos consejos. Después de su trabajo concluí yo el mío en una tercera revisión de guión que, entonces, di por definitiva.
Como ya dije en el anterior corto, «Cuando el abismo te mira, escribir un guión sabiendo de antemano quién interpretará el papel, es una gran ventaja. Este guión, ocho años maltratado en el abismo del olvido de un cajón, ya partía con esta premisa.
Hace muchos años que me une una gran amistad con Martí Peraferrer, director del FITAG (Festival Internacional de Teatro Amateur de Girona) y, antes de escribir el guión, le hice saber que lo hacía pensando en él para el protagonista. Durante estos ocho años, hasta en dos ocasiones, intenté rodar Redención pero, diferentes trabas y condicionantes me lo impidieron. No sabía cuando… pero si que sabía que no moriría en un cajón. No se lo merecía.
Tras el estreno de Cuando el abismo te mira en Elche en febrero de 2015, le hice saber a Eva Latorre que pretendía rodar ese cortometraje y le propuse si quería hacer el papel co-protagonista. También accedió gustosamente. Para el equipo técnico quise contar con el gran Nazario González, de Elche, en la iluminación. Ya que quedé encantado con su anterior colaboración… y sobre todo con su personalidad. En el equipo técnico también me volvió a acompañar Quico Vallejo, se unió Roger Trilles para ayudar con el sonido directo, Joan Solé en foto fija y making-of, y Manel Martí como segundo operador de cámara.
Me faltaba lo más difícil, encontrar a las dos niñas que necesitaba para los dos papeles infantiles. ¡Con lo difícil que es rodar con niños! Por eso opté por la lógica y la practicidad. Si conocía a las niñas y conseguía que sus padres estuvieran en el rodaje y les ayudaran a preparar el guión en casa… tenía media victoria asegurada. Como así fue. Las niñas, Alba y Lis, son las hijas de mis mejores amigos, Elena y Edu y, con los cuatro fue súper fácil entenderse desde el principio. Sólo faltaban las localizaciones.
Esta vez, tocaba mi pueblo
Tras rodar hasta en tres ocasiones en Girona, dos en Cassà de la Selva, una en Elche y otra en Piera, si algo tenía claro es que, esta vez, tocaba mi pueblo. Además, la historia ya lo favorecía, ya que pasa toda en una masía en un entorno rural. Pues bien, ese pueblo no es otro que Els Hostalets de Pierola. Un precioso pueblo de la provincia de Barcelona, de poco más de dos mil habitantes, rodeado de viñas y con unas vistas espectaculares del macizo de Montserrat.
Antes de dejarte ver la película, solo me falta decir un par de cosas más. La música (B.S.O), también magistral, en esta ocasión recayó en el talento de otro ilicitano, el gran músico Jorge Gavaldá (sobrino de Nazario, el mundo es pequeño. El artístico aún más).
Debo también mi agradecimiento a Abel Palau, sin el cual no hubiese podido rodar ese magnífico plano de dron del inicio.
También mi agradecimiento a Urbana Estilistas de Piera, que se encargaron de la peluquería y el maquillaje y al Ayuntamiento de Els Hostalets de Pierola que sufragó parte de los gastos del corto, como su traducción para los subtítulos al inglés (un gran trabajo de Sara Latorre) y la distribución de DVD’s.
Pau y Paz son una pareja en decadencia que ya no soportan vivir juntos. Él, se dedica en cuerpo y alma a su trabajo como escritor, desatendiendo las atenciones a su hija y su mujer. Ella arrastra desde hace demasiado una depresión que no la deja pensar en nadie más que en sí misma.
Un dramático acontecimiento rompe definitivamente la debilitada relación de la pareja.
Solo el tiempo y la fuerza del amor les permitirá iniciar un camino de redención que les enseñara el valor del perdón y les llevará a darse una segunda oportunidad. Pero, ¿realmente hay perdón? O tan sólo es una herramienta de dominio…
Me dejo ya de historias y te dejo ver la película. Que disfrutes de Redención. Si así lo deseas, puedes ver la película con subtítulos en inglés.
Como ya había probado la experiencia de rodar un videoclip sobre la misma historia en mi anterior corto y disfruté como un enano, me propuse repetirla. Pero, como me encantan los retos, me puse otro. Quería explicar la misma historia pero desde otra perspectiva. Otro prisma. Otra mirada. Otra persona. La letra de la canción y el videoclip nos narran la misma historia pero, esta vez, en vez de conocer la versión de los hechos del padre (Martí Peraferrer), la historia pasa a estar explicada por la hija (Alba Sanz) que, ya de adulta, le escribe una carta a su padre preguntándole los porqués de aquello que pasó… la noche de invierno en que todo cambió.
Espero que te guste la propuesta. A mi, creativamente hablando, me resultó un ejercicio interesantísimo. Como siempre, te invito a que me dejes tus comentarios, críticas o dudas en contacto@abismofm.com