Reinventarse o morir
Como siempre me han gustado los retos, y conseguirlos me apasiona, me impuse uno nuevo.
Ya había rodado tres de mis cortos en Girona. ¿Porqué no rodar esta vez en Elche?
Le comenté a Eva y a dos miembros más de la compañía la idea que me rondaba por la cabeza y les pregunté.
¿Os gustaría que os escribiera una historia y que la rodemos en Elche el año que viene? Se miraron entre ellos, sonrieron, me miraron a mi e, inmediatamente, me dijeron que si.
Si en mi corto Alevosía, la idea nacía de dos refranes, en este caso, nace de una frase de Friedrich Nietzsche que siempre me había gustado: Quien con monstruos lucha cuide de convertirse en monstruo. Cuando miras largo tiempo al abismo, el abismo también te mira ti.
Lo primero que encontré apasionante de este proceso fue otra novedad.
Escribir una historia teniendo a los actores claros de antemano. Es mucho más fácil escribir cuando conoces a quién deberá interpretar el personaje a posteriori.
Puedes aprovechar para introducir algunos rasgos o comportamientos reales. Esto facilitará mucho al actor la labor y hará más creíble la historia.
Si algo me ha enseñado la vida es que de los errores se aprende. Siempre que edito una película, o un vídeo cualquiera, pienso lo mismo: si tuviera más perspectivas de la misma secuencia… sería fantástico.
Por lo que, una de las primeras cosas que me planteé fue que quería rodar todo el metraje de la película a dos cámaras.Eso me haría plantear menos repeticiones de plano ya que de cada toma tendría dos perspectivas diferentes.
Lo cual, agilizaría el rodaje, aunque me duplicaría el trabajo de post-producción y etalonaje (corrección de color).
Para tal menester llamé a Quico Vallejo, para que me ayudara con la dirección de fotografía.
Una vez escrito el guión, de treinta páginas, lo cual me llevó unos dos meses, empecé a plantearme la preproducción. Como siempre, quería hacer cosas nuevas. Nuevos retos.
Como la historia que planteé necesitaba de un equipo técnico de una doce personas y actuaban otros once, más los extras y la coordinación que necesitaban, se juntaba mucha gente y, ya que todos colaboraban altruístamente en mi proyecto, lo mínimo que podía hacer es pagarles las comidas.
Y necesitaba también una grúa de cámara, algunos focos… lo justo y necesario. Pero esto, puede ser mucho para un bolsillo humilde.
Por lo que hice un proyecto de Crowdfunding (micromecenaje) en Verkami en el que pedía la cantidad de 900 euros. No conseguí llegar a esa cifra.
Lo conseguido se quedó en 500€ que, por suerte, los mecenas se comprometieron a aportar igualmente, aunque no consiguiese el objetivo. Destinados a una grúa para la cámara, la intendencia y manutención de los participantes y colaboradores y poco más.
Por trabajar siempre con presupuesto cero, me había visto obligado en mis anteriores trabajos a renunciar a plantear secuencias que necesitasen tener extras.
Esta vez, como la gente de Calandraca tiene un nutrido grupo de amistades me planteé rodar dos secuencias que, entre las dos, sumaron más de cincuenta extras.
Una en un cementerio y otra en un local de la ciudad de Elche, el mítico Balboa, donde se rodaron dos secuencias una de ellas (el número del mago) con el Balboa con su aforo máximo de 35 personas lleno (más una grúa, tres cámaras y el equipo técnico).
Como no vivía en la ciudad que rodaba, el rodaje se llevó a cabo en dos fines de semana alternos. Los días 9, 10 y 11 y 23, 24 y 25 de mayo del año 2014.
Teniendo en cuenta que se tenían que rodar 33 secuencias y unos 120 planos, todo el mundo me tachaba de optimista y me decían que no daría tiempo.
Me enorgullece decir que si que dio tiempo. Aunque se tuvieron que grabar un par de secuencias a posteriori, por motivos que ahora explicaré.
Te recomiendo que repases este artículo de la Cinepedia donde te explico los diferentes tipos de planos cinematográficos que hay.
Por muy milimetrado y anticipado que tengas un rodaje, lo quieras o no, sucederán imprevistos.
El rodaje de Cuando el abismo te mira, no iba a ser menos. Una de las secuencias más vitales de la película, la de la protagonista al borde del abismo de la cornisa de su terraza, tuvo un problema inesperado de audio.
Sin espoilear nada, diré que es una secuencia con un diálogo muy íntimo entre dos personajes, que requería de silencio absoluto.
En un momento concreto de máxima intensidad emocional… empiezan a tronar petardos y cohetes y el griterío de unos cuantos inunda las calles aledañas a la terraza del rodaje. ¡El Real Madrid acababa de ganar la Champions!
Ante mi total desesperación, y la de muchos, paramos el rodaje durante más de una hora esperando que el jaleo se redujese y empezamos a rodar. Pero, constantemente, sonaba algún que otro petardo a lo lejos. O pasaba otro grupo de madridistas haciendo patente su júbilo matando el silencio.
Grabé mucho, con la vana esperanza de que entre todo lo grabado, pudiera montar algo mínimamente decente. Lo cual, creo que conseguí. Pero, evidentemente, aunque se salvaba… menguaba mucho la calidad con respecto a otros momentos del metraje y dificultaba el entendimiento del diálogo.
Esto me llevó a una determinación ineludible. Se tenía que doblar la película si, o si. No había otra. Y eso es lo que se hizo. Evidentemente, repercutiese en el resultado final.
Algunos diálogos han perdido un poco de naturalidad, no son tan orgánicos.
Aunque los actores lo hicieron muy bien, más teniendo en cuenta que ninguno de ellos había hecho doblaje antes. Pero… qué se le va a hacer. No me arrepiento.
Aunque las interpretaciones hayan perdido un poquito de fuerza en algunos momentos, el diálogo se entiende a la perfección. Y eso era lo realmente importante. Si no, no la hubiera doblado.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, realicé un tijeretazo importante al metraje final de la película. Había quedado en un medio metraje de 42 minutos de duración con el que yo estaba muy contento, ya que era la historia tal y como la quería contar.
Pero, al ir a presentarla a concursos me encontré con un gran handicap. Si miras al abismo…
A nivel nacional, en España, sólo hay un festival específicamente para mediometrajes. Para el resto tenía un gran problema, no lo podía presentar como cortometraje ya que excedía del tiempo máximo de treinta minutos y no llegaba a largometraje, pues no alcanzaba la hora de duración.
Sólo me quedaba una opción. Aprovechando que iba a realizar el doblaje. Me senté dos semanas más en la sala de edición y, restando doce minutos, confeccioné la versión definitiva de treinta minutos que podrás ver un poco más abajo.
Otra vez, sin intentar adelantarte nada de la historia, te contaré otro problema más.
En una secuencia, la historia realiza un flashforward(un salto adelante en el tiempo) de unas décadas. Para la cual, se caracterizó a Eva como si fuera una mujer de unos setenta años.
Aunque, en un primer momento, podía haber dado el pego, a medida que avanzaba el rodaje, la mascarilla de caracterización se iba despegando y acabó no resultando creíble.
Por más que intenté jugar con la oscuridad de la secuencia, no hubo manera humana de salvarla.
Error mío, lo admito. Tendría que haber previsto que, sin presupuesto, no se pueden hacer milagros y haber rodado de primer momento con una mujer de la edad requerida.
Se tuvo que rodar toda la secuencia un mes después con Jossette, tía de Eva, que al ser familia, tienen cierto parecido. Como he dicho antes, ¡de los errores se aprende!
Si quieres, te invito a ver mis otros cortos.
Esta vez, también quería innovar a este respecto. El destino me cruzó en el camino de Paco Zárate, productor y músico de La Caja de Pandora y como las oportunidades, sólo se presentan una vez y no las puedes dejar escapar, le propuse si quería componer la banda sonora de Cuando el abismo te mira.
En mis anteriores cortometrajes siempre había utilizado música libre de derechos para realizar las bandas sonoras. Nunca tuve una BSO (Banda Sonora Original).
Paco es un gran tío, y un apasionado de la música y el cine y me dijo un sí rotundo y sin ninguna sombra de duda.
El resultado es la maravilla que podrás escuchar en unos minutos. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido por esa OBRA MAESTRA.
Cuando el abismo te mira trata de las segundas oportunidades. No las que te da la vida, sino las que te concedes tu mismo. ¿Qué hacer cuando la vida te pone un ultimátum? Preguntarse hasta que punto somos responsables de nuestras desgracias y cambiar lo necesario.
Según Nietzsche… “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse en monstruo. Cuando miras largo tiempo al abismo, el abismo también te mira ti”. ¿Qué hacer cuando es el abismo quién te mira? Desviar la mirada.
Sonia, una abogada de prestigio, no pasa por su mejor momento. Su matrimonio se hunde, su trabajo ya no la satisface, sus hijas son dos desconocidas y, por si fuera poco, alguien la persigue y amenaza. Vencida por las circunstancias toma una drástica decisión. Es cuando conoce a un extraño personaje que le cambiará radicalmente la vida y la salvará del abismo.
Ahora ya si… ya puedes ver la película. Espero que la disfrutes.
Aquí te dejo el enlace al making of de la película
Otro ejercicio creativo que me resultó muy gratificante. Compuse una canción explicando la misma historia en otro lenguaje y en otro medio totalmente diferente como es la letra de una canción, apoyada gráficamente con un videoclip.
Tuve la inmensa suerte que Paco Zárate tuviera la gentileza de regalarme también la producción de esta canción que tiene el mismo nombre de la película, Cuando el abismo te mira.