En este segundo post del recién estrenado 2018 os dejaré mi lista de las que han sido para mí las diez mejores series del 2017, con una breve descripción del porqué de su elección.
Pero, como esto me parecía muy poco, te dejaré la lista de los que yo considero los diez mejores expertos en series. Quiero advertir de antemano que, cualquier lista, es subjetiva y viene condicionada por diversos factores. Hay algunas series que salen en otras listas, que aún no he visto. Si las hubiera visto, a lo mejor mi lista cambiaría. O quizá no. Quién sabe.
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También quiero destacar, antes de empezar con mi lista de las diez mejores series del 2017, que éste me ha parecido un año con muy buena calidad en líneas generales. Cada vez se producen más series. Y, aunque crece exponencialmente, el número de series insustanciales, también crece a su vez el número de series de mucha calidad. Cada vez de más calidad. Y eso es, simplemente extraordinario. Empezaré mi lista por orden decreciente, de la décima a la primera.
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Foto:amazon.co.uk/Rellik
Rellik, ha sido emitida por la BBC, HBO España por estos lares. Cuenta en su reparto con un sorprendente Richard Dormer como protagonista, Beric Dondarrion, el lider de la Hermandad sin Estandarte en Juego de Tronos. Rellik es un thriller que tiene la particularidad que nos explica la historia al revés. Por si no os habíais dado cuenta Rellik es Killer (asesino) al revés. El planteamiento recuerda mucho a Memento del inmenso Christopher Nolan.
Richard Dormer es Gabriel un rudo agente de policía que investiga a un asesino en serie que agrede a sus víctimas con ácido. Él es una de las víctimas. Para explicarnos la historia, Williams ha optado por este artificio cinematográfico de contarnos la historia en sentido inverso. Vemos lo que le ha pasado al protagonista y vamos retrocediendo en el tiempo con él para ver como ha ido sucediendo todo y, haciéndonos partícipes de sus avances en el caso. Partimos con un sospechoso inicial que, a medida que vamos retrocediendo en el tiempo cada vez parece menos sospechoso y se nos abren nuevas expectativas. Es curioso, porque puedes ver a los personajes haciendo algo que no entiendes en absoluto, y en la secuencia posterior, como retrocede, entender que les lleva a actuar así.
Foto: metro.co.uk
La premisa y la propuesta son buenas pero el primer capítulo es lento y no engancha. Además el tema de explicar la historia hacia atrás se hace sumamente tedioso a veces, en las que no entiendes lo que pasa y requiere un esfuerzo extra muy grande por parte del espectador. A partir del cuarto capítulo en adelante, y tras algunos amagos de desistir y aparcarla, la serie se transforma, coge otro ritmo y otro tono. Ya conocemos más al personaje principal y nos ayuda a empatizar más con él. Su matrimonio naufraga, él se cepilla a todas las jovencitas que puede de su radio más cercano y tiene una relación más o menos estable con su compañera, también policía (Jodie Balfour). Cada capítulo, la historia y los personajes crecen más.
Los dos últimos capítulos son geniales. Con un final francamente espectacular, lleno de sorpresas, pero coherente y explicado con gran acierto.
Foto: pinterest.es
Si hablamos de entretenimiento, en el más amplio sentido de la palabra, Stranger Things es tu serie. La primera temporada, había dejado el listón muy alto. Esta segunda, aunque no inventa nada, más bien lo repite (por suerte, aportando más cosas), me ha parecido más completa.
He notado una mejora sustancial sobre todo en la fotografía y el CGI (efectos especiales), más elaborados y complejos que en la anterior temporada. Se ve que los hermanos Duffer se han sabido ganar con creces la confianza de los directivos de Netflix, que han sido generosos en su dotación presupuestaria para con esta segunda temporada.
He visto una Winona Ryder menos sobreactuada. Los niños, al igual que en la temporada precedente, están que se salen. En algún caso, como el de Dustin (el niño desdentado) tomando un protagonismo que le viene que ni pintado. Aunque se lo robe a Mike, que esta temporada pasa más a un segundo plano. Hacen crecer a personajes como el de Steve, que la temporada pasada no aportaba más que clichés insustanciales. Ese rol lo asume esta temporada el personaje de Billy y su ridícula peluca. En cambio, su hermana, Max, me ha parecido un fichaje bastante más interesante.
Foto: cinetopic.com
Sean Astin (Samsagaz en El señor de los anillos), aporta su granito de arena con un personaje con unos cuantos estereotipos, pero que cae bien, y está bien interpretado. Y si me tuviera que quedar con algún personaje, sería sin duda con el shérif Hopper que esta temporada nos ha mostrado su lado más tierno y humano como «padre adoptivo» un tanto torpe, pero entrañable. Eleven (Once) para mi, ha tenido claroscuros, como ese polémico séptimo capítulo que a unos encantó, a otros horrorizó y a otros tantos, nos desconcertó.
Si buscas grandes tramas, grandes misterios o novedades con respecto a la temporada anterior, no es lo que encontrarás. Si buscas una serie muy entretenida, muy bien hecha y con muchos guiños a los años ochenta y sus películas… no debes perderte esta segunda temporada de Stranger Things.
Foto: fayerwayer.com
La primera serie de Netflix de producción alemana. La meto en este lista porque es de aquellos thrillers que te mantienen enganchado e intrigado capítulo tras capítulo. Llegó a mi por el alud de críticas que la comparaban a Stranger Things a tenor de su tráiler. He de decir que lo único que las podría unir, serían las reminiscencias a la década de los ochenta. Pero así como la serie de los hermanos Duffer hace un ejercicio de nostalgia y casi adoración a dicha época, en Dark, una de sus tramas sucede en esa época. Ya está, se acabaron los paralelismos.
Dark es una serie mucho más adulta y oscura con aires de cine y literatura negra nórdicos. Con una atmósfera preñada de cielos encapotados, lluvia constante y misteriosos bosques donde suceden cosas truculentas. La historia nos sitúa en Winden, una pequeña localidad rodeada de bosques junto a una central nuclear. El punto de partida de la serie es la desaparición en extrañas circunstancias de dos menores, con demasiadas similitudes con un caso parecido sucedido treinta y tres años antes. Si esto no fuera poco, la aparición del cadáver de un adolescente desfigurado con ropas de los ochenta, hace crecer la incertidumbre hasta límites asfixiantes entre las cuatro familias encargadas de explicarnos la historia.
Foto: bustle.com
Un misterioso thriller con diferentes líneas temporales muy bien narrado, aunque en algunos momentos la trama es un poco confusa. Tiene cliffhangers muy sugerentes al final de casi todos los capítulos. De esas series capaz de tenerte en vilo hasta el final. Por eso la he incluido.
Foto: metacritic.com
Aunque el showrunner de la serie es el guionista Joe Penhall, se nota la mano del gran David Fincher en su atmósfera, un tanto claustrofóbica a veces y en la precisión del desarrollo de sus personajes. Fincher nunca da puntada sin hilo y, la verdad, es que a este hombre se le da muy bien esto de hilvanar historias.
En este caso, una investigación criminal que nos adentra en las mentes de psicópatas en extremo inteligentes y de formas muy refinadas, además de creativas. La serie, nos muestra la investigación de dos agentes del FBI, interpretados por Jonathan Groff y Holt McCallany, ambos muy convincentes. Estudian diferentes perfiles psicológicos de asesinos en serie, para intentar desentrañar un crimen en el cual se encuentran atascados. Mindhunter es más una serie psicológica que no de acción. Lo que nos muestra no son los asesinatos, ni tramas de suspense. Nos adentra en las mentes de sus protagonistas principales mostrándonos sus diferentes idiosincrasias, sus ideas y pensamientos. Y como afrontan la investigación cada uno de ellos.
Foto: hobbyconsolas.com
Los interrogatorios son parte vital de la historia. En ellos, los dos protagonistas nos muestran sus diferentes maneras de actuar, como se van ganando la confianza del interrogado para sonsacarle la información que tanto ansían. Le hacen creer que están de su parte, empatizando con él por el bien de la investigación. A veces, haciendo al espectador plantearse sobre la moralidad de los métodos empleados. Hay que recordar que los asesinos en serie que salen en la serie, entre ellos Ed Kemper, no pertenecen a la ficción, existieron en realidad. Quien no la haya visto, que no espere una serie de acción al uso, un thriller vibrante, porque Mindhunter no es eso. Es algo muy diferente. Pero, os aseguro porque lo he vivido en mis propias carnes, que engancha. Merece, sin duda, estar entre las diez mejores series del 2017.
La serie está basada en un libro de John Douglas, titulado Mindhunter: Inside the Fbi’s elite serial crime unit y ha sido renovada por una segunda temporada. Se centrará en una investigación real sobre una treintena de asesinatos de niños y adolescentes afroamericanos acaecidos en Atlanta entre 1979 y 1981.
Foto: sensacine.com
Esta fantástica serie, estrenada en primavera de 2017, me sorprendió muchísimo y fue muy mimada por la crítica. Lógico. La serie es una auténtica maravilla. Tanto en ambientación, como en reparto, en actuaciones, etc. Por eso la metí en otra de las listas que hice hace poco, Las diez mejores series de antología de la historia, que puedes leer clicando AQUÍ.
El reparto, encabezado por dos actrices ya legendarias, poniéndose en la piel de dos divas de Hollywood aún más legendarias, es de aquellos de antología. Tanto Susan Sarandon haciendo de Bette Davis, como Jessica Lange haciendo lo propio con Joan Crawford, bordan sus papeles. Y el siempre efectivo Alfred Molina, hace tres cuartos de lo mismo.
Foto: express.co.uk
La historia nos relata con precisión quirúrgica la relación de agria enemistad entre las dos estrellas que, en el ocaso de sus carreras, deciden rodar la película que las devuelva a la gloria: ¿Qué fue de Baby Jane?. Es súper interesante, imprescindible diría yo, ver la película antes de ver la serie. Ya que tanto los créditos iniciales (magistrales), como gran parte de la historia se basa en el rodaje de esa película y las rencillas y múltiples rifirrafes que hubieron entre las dos divas. Además, es ciertamente curioso ver después algunas escenas de la películas, recreadas a la perfección por el talento de Ryan Murphy. Simplemente, genial.
La segunda temporada radiografiará el infeliz matrimonio de Lady Dy y el príncipe Carlos de Inglaterra.
Foto: twitter.com
Junto con The handmaid’s tale, la gran triunfadora de los últimos Emmy. ¡Por algo será! La serie de David E. Kelly (creador de una de aquellas series míticas, Ally McBeal) adapta la novela homónima de la escritora Liane Moriarty. Un drama, con cierto regusto a comedia negra protagonizado por tres mujeres, que interpretan tres grandes papeles, muy distintos entre sí. Ricos en matices y bien construidos. Con unas tramas coherentes y bien escritas, así como sus diálogos. ¿Y que actrices se encargan de dar vida a estos personajes tan bien escritos? Nada más y nada menos que Reese Witherspoon, Nicole Kidman (Emmy a la mejor actriz de mini-serie 2017) y Laura Dern. Las dos primeras también como productoras de la serie.
La historia nos sitúa en Monterey, una comunidad de gente adinerada de California. Por sintetizar diré, que uno de los mensajes más claros que nos deja la serie es: los ricos también tienen problemas, también pueden ser importantes y también sufren por ellos. Aunque se ha hablado mucho si es una historia de por y para mujeres, no estoy en absoluto de acuerdo. Por dar sólo un dato, su showrunner y el director de todos los capítulos, son varones. Lo único que puede motivar un pensamiento así, es la costumbre de ver historias donde los protagonistas absolutos son masculinos y los femeninos, normalmente, solo tienen roles secundarios, y aquí pasa todo lo contrario. Ya que, los personajes masculinos de Big little lies no tienen reservado un papel secundario en absoluto. Tienen tramas potentes y con relevancia argumental, solamente que no son los protagonistas.
Foto: yorokobu.es
Otro punto a favor, es su duración. Siete capítulos que no alargan el chicle argumental innecesariamente. Tres actos muy bien definidos y que mantienen la coherencia. Tiene una excelente presentación de personajes, un muy buen desarrollo de tramas, un climax intenso, bien construido y bien ejecutado y un final coherente y bien explicado que rompe muchos clichés de comportamiento femenino.
Big little lies explica situaciones difíciles como el abuso escolar, el maltrato y la infidelidad con una exquisitez y un buen gusto dignos de alabanza que la hacen bien merecedora de estar entre las diez mejores series del 2017
Foto: imdb.com
Es una serie que va claramente de menos a más. Pero, señoras y señores, ¡que crescendo tan fantástico!. La serie escudriña con minuciosidad a unos personajes poliédricos y muy bien dibujados. Hay mucha veracidad en esta serie. Y te consigue hacer empatizar con algunos personajes que no invitan mucho a ello.
Siempre había oído que los productos del gran David Simon, reconozco que me desvirgo con su obra, tenían un marcado acento social. Es cierto, y nos muestra con crudeza, submundos muy desconocidos para la gran mayoría. Me ha gustado mucho como la historia nos cuenta con una ambientación de los años setenta súper cuidada, la mala vida de las prostitutas de un barrio dejado de la mano de dios. The Deuce, como era comúnmente conocido.
Conocemos también el trato inhumano y vejatorio hacia las prostitutas por parte de sus chulos y las mejoras que supuso en su entorno laboral, en su seguridad e higiene la llegada del mercado del cine porno, y los primeros burdeles o locales clandestinos de prostitución. Que les proporcionaban un lugar más seguro, limpio y cómodo donde poder ejercer su trabajo sin tener que padecer las inclemencias del tiempo y del duro invierno neoyorquino en sus calles.
Los dos primeros episodios aunque muy bien narrados y de bonita factura, son densos y un tanto autocomplacientes. Pero el desarrollo de la historia y la riqueza de los personajes, la naturalidad de los diálogos y la veracidad de todo cuanto vemos, interpretaciones, ambientaciones y factura técnica, te cautivan de mala manera. ¡Que gran narrador el señor Simon!. El Charles Dickens, del mundo de las series.
Foto: thestar.com
Había oído no muy buenas críticas sobre el doble papel que hace James Franco en la serie y, he de decir que a mi no me ha disgustado. Interpreta a dos hermanos gemelos, Frankie y Vincent Martino. El papel de Vincent, es sin duda el mejor y más coherente, y donde Franco saca el buen actor que lleva dentro. Frankie en cambio, está trufado de clichés. La que está genial es la protagonista femenina, Magie Gyllenhaal, que hace crecer toda aquella escena en la que aparece. Muy creíble y orgánica. Sin excesos ni sobreactuaciones innecesarias. Muy mesurada y convincente en todo momento. Aunque es justo decir que, la inmensa mayoría de un reparto muy coral, también convencen y mucho.
En definitiva, me gustó muchísimo. Si, aún no lo has hecho, déjate seducir por el universoThe Deuce y de un gran narrador de historias:David Simon. Creo sinceramente que no te defraudará.
Foto: hobbyconsolas.com
¿Qué decir que no se haya dicho ya de la séptima temporada de Juego de tronos? Hoy diré algo breve pero, en cuanto pueda, quiero hacer un podcast y un artículo extensos dedicados a ella. Porque… nunca es tarde para hablar de Juego de Tronos.
Lo primero que diré es que sería imposible imaginar la lista de las diez mejores series del 2017 y que no estuviera Juego de Tronos. Lo segundo, es que todos estábamos sobre aviso, antes incluso de que empezara esta séptima temporada, que no sería una temporada como las anteriores. Serían siete capítulos y no los diez habituales. Como en la sexta entrega, no tendrían el soporte de una novela escrita a la que recurrir. Y tercero, todos sabemos que el final definitivo se acerca y había que priorizar tramas troncales e imprescindibles para el desarrollo final de la historia. Aunque eso llevara a prescindir de aquellas subtramas tan enriquecedoras y de poder profundizar en personajes secundarios. Utilizando el símil futbolístico, esta temporada había que ir a barraca.
Aunque muchos se quejaron del primer capítulo de esta séptima entrega, es un primer capítulo de manual. Con un principio, sorprendente, en una secuencia pre-créditos de inicio sublime, en la que descoloca totalmente al espectador con la aparición de un personaje que habíamos visto morir la sexta temporada.
Tras el fulgurante inicio, este primer capítulo cumple a la perfección su función de situarnos a los personajes y sus respectivas tramas, con un final de capítulo espectacular en ese Rocadragón tan vasco.
Si en algo se ha caracterizado siempre Juego de Tronos, es en tomarse su tiempo en desarrollar las tramas y la construcción de personajes. Si alguien no tenía claro que una temporada de sólo siete capítulos alteraría esto, la serie no tardó en corroborarlo. Las tramas principales se han agilizado, otras han desaparecido y, quizá por primera vez, se ha utilizado el artificio narrativo de la elipsis temporal, que tanto han criticado algunos y que yo veo totalmente justificado.
En este frenesí argumental, HBO ha decidido dar el todo por el todo en el sentido presupuestario y esta temporada nos ha regalado batallas espectaculares, acción a mansalva, dragones (cada vez más mejorados) a cascoporro, un oso zombie y un multitudinario Ejército de la Noche con una infraestructura tan sorprendente capaz de acarrear cadenas aptas para arrastrar a tres convoyes del AVE.
Foto: lossietereinos.com
Con esta agilidad trepidante llegamos al criticadísimo sexto episodio. He dicho que sería breve, lo seré. Tiene algunos errores de coherencia, que considero de poca relevancia, justificables por la necesidad de aligerar metraje y salvados con bastante dignidad. Errores de muchísimo más peso en otras series/películas no han levantado tantas ampollas. Como entretenimiento, es un capítulo ejemplificador y técnica y visualmente es sencillamente extraordinario.
El séptimo y ultimo capítulo, como nos tienen mal acostumbrados Benioff y Weiss, es otra OBRA MAESTRA de guión, resolución narrativa, ejecución técnica, interpretación… ochenta y un minutos de metraje coronados con un cliffhanger final a la altura de las circunstancias. Órdago cinematográfico mayúsculo. Explosión de arte. Onanismo audiovisual.
Mi nota final es un notable alto, digno de estar en este pódium de las diez mejores series del 2017. Si no está aún más arriba, es más por la calidad de sus competidoras y la novedad y originalidad de sus propuestas, que por errores de una de las mejores series de toda la historia: Juego de Tronos.
Foto: chacalx.blogspot.com.es
La serie original de HULU, que por estos lares hemos podido ver en HBO es, sin duda, una de las sensaciones de este 2017. Fue la clara ganadora de los Premios Emmy, llevándose las estatuillas más importantes, como la de mejor serie dramática y mejor actriz principal para la inconmensurable Elisabeth Moss, de un total de cinco premios.
Basada en la novela de 1985 de Margaret Atwood, The Handmaid’s Tale nos presenta una terrible distopía en donde los Estados Unidos se han convertido en la República de Gilead, un estado teocrático y ultra-totalitario de fuerte inspiración bíblica. Basado en un sistema parecido al de las castas en la India.
En Gilead, las mujeres, han pasado a ser poco más que un útero andante. Eso, las pocas que son fértiles. Las que no, ni eso. Su finalidad básica: preservar la natalidad mundial que se ha visto severamente diezmada por causas que la serie no explica. Su dinero y posesiones pasan al control de sus familiares masculinos más directos. Leer y escribir, les está prohibido. No tienen acceso a la cultura, ni voz, ni voto. Las que tienen la «suerte» de ser fértiles, se convierten en «criadas» en casa de un «comandante» al que son asignadas. Obligadas a una esclavitud sexual con el fin de alumbrar una nueva vida a toda costa para sus amos.
Foto: independent.co.uk
La protagonista de esta aterradora historia es Defred (Elisabeth Moss). Vive en casa del matrimonio Waterford, dos de los ideólogos del nuevo orden ultra-cristiano. Allí, vivimos junto a Defred el terror de su día a día y conocemos los monstruosos hábitos y rituales de esta nueva sociedad. De entre ellos destacaría por obsceno y macabro el ritual de fecundación mensual. En él, las criadas son violadas impunemente por su comandante. Con el forzado beneplácito de sus esposas, que también están presentes, sujetando a la criada durante el enfermizo ritual. ¡TERRORÍFICO!
Pero la brutal opresión contra las mujeres no es el único de los males de Gilead. La persecución de la homosexualidad y su brutal represión, la manipulación de la información, la amputación de libertades y derechos sociales… Todo ello, está muy presente en la serie, recordándonos un pasado no muy lejano y no muy distinto. Previniéndonos de lo cerca que estamos a veces de emularlo en el presente. Y lo fácil que sería derivar hacia algo similar en el futuro.
En términos técnicos, The Handmaid’s Tale, es una auténtica obra de arte. La maravillosa dirección de fotografía, nos regala planos que parecen sacados de la pintura barroca de Vermeer. Encuadres perfectos con una iluminación que rezuma exquisitez. Toda la obra es muy visual y juega mucho con los colores. Éstos, tienen un lenguaje o código propio en los uniformes femeninos. En consonancia con los roles atribuidos a cada una de las mujeres.
Rojo: Mujeres fértiles. Criadas. Azul: Esposas infértiles de los Comandantes. Verde: Mujeres infértiles dedicadas al servicio (llamadas Marthas). Marrón: Mujeres mayores encargadas de formar a las futuras Criadas (llamadas Tías)
Las interpretaciones y la dirección también son sublimes. La banda sonora, se convierte en todo momento en algo orgánico, otro protagonista. Con un buen gusto abrumador acompaña narrativamente la historia. Enfatiza los momentos más turbios disparando nuestra empatía ante el terror que observamos. En definitiva, The Handmaid’s Tale es una OBRA MAESTRA.
Foto:cinemagavia.es
Para mi, sin duda, la número uno de las mejores series del 2017. The Leftovers (en castellano las sobras o los restos), es una desgarradora historia que radiografía con maestría y un punto de surrealismo el dolor producido por la pérdida. Como seguir con tu vida con la tremenda frustración de no saber que ha pasado. O si volverás a ver algún día a las personas desaparecidas.
Con una dirección de fotografía muy cuidada, una banda sonora fantástica y unos guiones siempre rayanos a la genialidad, The Leftovers, ha significado para mi una muy grata sorpresa. Sin duda, una de las mejores series que he visto jamás.
La primera temporada requiere tiempo y paciencia. Nos muestra un entorno deprimente en que la historia se cuece a fuego lento. El inteligente y perfecto uso de la cámara en mano durante toda la serie, enfatiza la proximidad con los personajes. Nos mete en la trama, cuyo protagonista es Kevin (Justin Theroux), un policía corroído por la culpa y las consecuencias del día de la partida. Conocemos también al Remanente Culpable, una secta encargada de recordar a la población su pérdida y de los que solo sabemos que, van totalmente vestidos de blanco, fuman como auténticos carreteros, no hablan (todo lo que tienen que decir lo apuntan, desesperantemente, en notas) y, poco más.
El guión, juega mucho a descolocar al espectador que, muchas veces no entiende qué está pasando. Solo vemos a los diferentes personajes actuando de formas muy extrañas. La sensación de no entender nada es casi constante. Pero cautiva, de veras que lo hace. Vi todos los capítulos con cara de estupefacción, pero no podía dejarla de ninguna de las maneras. Y, tranquilos, se acaba entendiendo todo. Sólo hay que dejarse llevar, entrar en el juego que nos proponen. Además en el sexto capítulo (magistral), todo cambia. Entra en juego el personaje de Nora Durst (magistralmente interpretada por Carrie Coon) que da un giro radical a la historia y todo crece exponencialmente.
Las dos temporadas restantes, The Leftovers se reinventa a sí misma en un derroche de imaginación y creatividad sin parangón. Kevin y Nora llegan al único pueblo de EEUU donde no desapareció nadie “el día de la partida”
La segunda temporada, la pequeña localidad de Jarden, más conocida como Miracle, acoge a dos personas rotas, Kevin y Nora, que llegan con la intención de recomponerse. Los nuevos personajes y tramas, aún más desconcertantes, te involucran tanto en la historia que te harán sufrir y llorar con ellos. Aunque también te sacarán más de una sonrisa y alguna carcajada. Los diálogos son desgarradores y las interpretaciones de matrícula de honor. Serás partícipe de desapariciones, muertes, resurrecciones, ¿viajes a universos paralelos…? Toda la serie está trufada de metáforas y alegorías sobre cosas que todos conocemos muy bien como la religión, la fe, la esperanza, las envidias, la deshumanización de los humanos…
La tercera temporada y, por desgracia, ¡última!, sigue por los mismos derroteros surrealistas, rizando más el rizo. Gran parte de la trama se traslada a Australia, donde, en unas localizaciones sobrecogedoras, lleva a los personajes a situaciones más rocambolescas si cabe. En uno de los capítulos más locos y desconcertantes de la temporada (y de la historia del cine y las series, sin duda) conoceremos a un personaje de lujo, ¡ni más ni menos que a Dios! y en un entorno delirante… en un crucero alquilado por unos adoradores del sexo (disfrazados de leones) que tienen montada una buena bacanal.
El capítulo final de The Leftovers es soberbio, magnífico, memorable, una fina obra de orfebrería cinematográfica… Plagado de sensibilidad y buen criterio da respuesta con genialidad a todo lo que tenía que dar respuesta.
En definitiva, The Leftovers, es una joya que ha pasado desapercibida para el gran público. La serie trata temas complejos como la pérdida, el dolor, la religión, el rechazo, el engaño, la incomprensión y el AMOR.
La serie explica con tanto acierto cosas inverosímiles como: viajes en el tiempo, resurrecciones y saltos de fe que, no queda más que quitarse el sombrero y recomendársela a cualquiera. Eso si, no es una serie adecuada para hacer maratones… Podría ser perjudicial para tu salud mental. Conclusión: ¡¡ENORME!!